Ahora hablemos
De la maravilla
Que ha dejado
Tu lluvia en mi jardín.
Llamemos al musgo
Y que abra la llave
Al follaje verde
Con que me impregnaste.
Que tus llamas amarillas
Mantengan el vivo fuego,
Sin que la llovizna
Haga llagas
En la llamarada de tu risa.
Llegado el momento
En que el canto del gallo
Deja su huella,
Que la belleza
De tu ballet de gotas
Brille cada mañana
En el valle de mi pecho
Cual aurora.
Llévame a tu valle,
Que tu flama me llene
De tu bella sonrisa
Y sin retardo,
Lluéveme.