Como un dios asirio
O un león de la antigua babilonia
Yo vivo en un mar de lenguas
Que cada madrugada me poseen.
Similares a las llamas del gehena
Ardo cada mañana
A medida que el carro sideral
Recorre mis bóvedas internas.
Pero cuando el día declina
Como si fuesen agobiantes
Sufijos del latín
Mi desesperación llega
A conquistar las últimas provincias
De mi psique.
Las lenguas que me poseen
Son taladros cosquilleantes
Similares
Al algodón dulce de las ferias.
Hoy por ejemplo
Ya a estas horas
Quiero saltar hacia atrás
Y no volver nunca más
Al acantilado
De mis palabras.