Yo, el poseso
Vengo a pedirte que expulses
De mi fuero interno
Los desasosegantes demonios
De mi infierno.
Cuando tú me miras
Con tus ojos
Del color de las algas,
Ejerces la fuerza
De una tromba marina
Acercándose a mi playa.
Es cuando desenfrenado
Bate fuera de su jaula
Mi corazón
Tan rápido como un relámpago,
Tan fiero como un turbión.
Puedes, si así lo deseas,
Hacerme desandar
Los caminos de la dulzura,
O desatar las olas,
Descabalgar mis andaduras.