Yo llegué con mis pies entristecidos
Al umbral mismo de tu casa
Procurando descansar de mis gemidos
Reclinar en mi hombro tu mirada.
Anhele que mi pie levitara
Al pisar el lagar de tu cuerpo.
Y sentir el estremecimiento
De tu boca en mi pecho.
Quise volar cuando rozaste
El borde de mi destino,
Con tus manos la superficie
De mi piel encandilada.
Quise evaporarme cuando llenaste
Con tu néctar mi cuerpo que clamaba
Ser visto por tus ojos de fortuna,
Llenados por tus besos de flama.