Para la flor que yo tenía
Dedicada a tu devoción,
No hubo lluvias
Ni tempranas,
Ni tardías
Que rociaran mi pasión.
Ni una migaja
Desde tu vía láctea.
Ni siquiera una caricia cayó
Desde tu constelación.
Y sin premeditarlo,
Y sin premonición,
Se marchitó por dentro el corazón.
Mi sentimiento no era
Maná del alto cielo,
Ni hoja perenne,
Ni mítica vara de Aarón.
Sin reflexionarlo,
Sin que fuese planeado
Se resecó por dentro
Mi pasión.