El día, tal como lo conocimos
Estaba a punto de acabar.
Un manto de noche
Arropaba todo con su oscuridad.
Inexorablemente iban extintas
Mis ansias de bienestar.
Estaba ya seguro
De que no se devolvería
Mi bumerang.
Era indudable
Que mis yerbas verdes
Rebasaban el punto de sequedad.
Ya sabía que mi caída
Pasaba el límite
De no retornar.
Tenía la certeza
De que el punto de inflexión
Lo había pasado ya.
Cuando como una aparición
Celeste como en Tunguska,
Se transfiguró tu cuerpo
Ante mi umbral.
Entró tu esencia en mí
Y en solo instantes rediviví.